En los tiempos que corren, la incertidumbre que provoca lo desconocido nos hace estrujarnos los cerebros para superar retos que nunca habíamos vivido. La creatividad es la mejor herramienta que tenemos, si no la única posible, ante situaciones inciertas. Pero ¿cómo es posible desarrollarla? ¿qué tiene que ver eso con nuestra exposición?

Imagina, Beatriz Martínez

Las obras de Beatriz Martínez y de Vicent Orts i Ros son ilustrativas de la importancia de dedicar un tiempo a manipular y observar ideas y objetos cotidianos para darles una nueva vida. No en vano, como argumenta la investigadora Marian Fdez Cao, la realización de piezas artísticas nos permite entrar en contacto con la materia, ver cuáles son sus limitaciones y experimentar qué podemos y qué no podemos hacer con ella. Aquí, la creatividad y la experimentación van de la mano.

En ese proceso de imaginar, las ideas se enlazan como una red neuronal que se extiende y dibuja otros mundos posibles. Las imágenes y la música dan un soporte a todas esas ideas. Así se ve en las propuestas de Mi juguete de  Verónica Navarro y Good Trip de Damián Venteo:

 

Obras originales de ambos artistas presentes en Històries de joguets IV

La primera obra se inspira en el pasaje de la caja que contiene el cordero en el célebre cuento de El Principito. Según la autora, su obra contiene “un silencio que invita al espectador a imaginar su propio juguete”. La segunda nos lleva a “cuando éramos niños y nuestros juegos a veces nos hacían viajar a lugares imaginarios”, según el autor, quien habla de un viaje a través de una selección musical.

A la hora de realizar la mediación de la exposición, mi respuesta a estas obras en concreto fue una imagen acompañada del tema Bluebird Let Me Tag Along de Rose Maddox que podéis ver y escuchar aquí. La total despreocupación de la cuadrilla de niños retratados en la portada, convertidos en músicos, junto con esa melodía sin pretensiones me hicieron rememorar el tiempo del juego: uno de los últimos reductos de las sociedades capitalistas en los cuales podemos dejar volar la imaginación y hacer algo no-útil, por placer y disfrute.

Verónica Navarro me respondió a su vez con la portada de una de las actuaciones de Los Torreznos, un duo de artistas que trabajan en el ámbito del arte de acción. También me envió 4.33 de John Cage, un destacado artista conceptual que fue Pionero de la música aleatoria, de la música electrónica y del uso no estándar de instrumentos musicales. De esta manera, la autora seguía explorando todo lo que puede dar de sí el silencio. Ante la sensación de vacío y lienzo en blanco de nuestro intercambio, pensé en la gran la variedad de posibilidades que existe cuando nada es descartable.

Por su parte, Damián Venteo escogió la parte musical de mi respuesta y rescató la importancia del estilo musical para pasar del country de Rumbler de Black Lips, al mismo título de Link Wray: una canción llena de actitud y “la primera instrumental que se censuro porque se pensaba pudiera incitar a la violencia”. Al final, la cadena de respuestas se cerraba con No se dice adiós, se dice Link Wray de Wau y los Arrrghs. El viaje imaginativo transita aquí del estilo musical al título; del relato tras el título al homenaje.

Tal es el modo de activar el proceso de pensar y conectar recuerdos visuales con sensaciones. En Històries de joguets IV no faltan los ejemplos que relacionan juego y juguete con la imaginación. Os dejamos, por último, con Laura Benetó y Carlos Serrano quienes nos explican de viva voz su experiencia al respecto.

 

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